Memento mori
Después de varios minutos buscando por toda la cocina, don Rafael encontró las llaves del apartamento con una nota adhesiva que tenía escritos y subrayados con rojo la hora y el lugar de una cita médica . Guardó las llaves en el bolsillo de la chaqueta y revisó en la puerta de la cocina el listado del orden del día. Llegó hasta el final y miró nuevamente la fecha del papel; la verificó con el calendario de al lado y salió.
La ascensión
I
No había terminado de amanecer cuando un estruendo resonó en la iglesia del pueblo, haciendo eco en cada esquina, silla, confesionario y hasta en el agua bendita, que tembló como si también se hubiera espantado.
La vacante
Era la primera vez, desde que estaba desempleado, que Javier Martínez tenía la absoluta certeza de que ese día no almorzaría. Todo su dinero se había ido en apenas unos meses, poco a poco, entre las impresiones de su curriculum vitae, los pasajes de autobús y una alimentación apenas suficiente para mantenerlo en pie.
El primer reloj
Me hundo en el sofá y lo atravieso
atravieso las baldosas, la grava, la tierra
los gusanos y la masa que lo cubre todo
Lo olvidado
Recuerdo las cosas de tal manera,
que si pasara dos veces por el mismo camino y el mismo tiempo,
lo negaría todo
Diría que ocurrieron de otra forma,
que es mentira
la realidad que me presentan
Inevitable
Aunque el futuro no haya sido escrito todavía,
hay ciertas cosas que son inevitables:
El arrepentimiento del suicida
El próximo segundo en el reloj del universo
La melancolía de un dios que no conocemos
Este adiós, por ejemplo
Antídoto contra el tiempo
Cuando el hombre por fin encuentre
el antídoto contra el tiempo
y la vida no se evapore del cuerpo,
la muerte será un mito,
una palabra que nadie busca en el diccionario,
un anhelo inconsciente
Al otro lado del tiempo
Quisiera estar al otro lado del tiempo,
esa orilla sin angustia,
ni la esperanza de un condenado a muerte,
donde me espera un rostro nuevo
Es tan simple el infierno
Nuestra fortuna es el tiempo que se acaba,
las ilusiones asaltadas por la realidad,
las cinco de la tarde en el reloj de un oficinista,
el matrimonio con su muerte,
enero y diciembre