Escucho tantas voces que resuenan
como eco en un abismo sin descubrir,
resuenan en ese cántaro viejo y vacío que soy ahora,
son el tic tac de ese reloj que ya gastó su porvenir
Esas voces me reclaman
en el azar de una hora imprecisa,
en el camino de las caricias incorrectas,
en la noche que esperaba cuando aún era de día
Esas voces se amontonan,
golpean a mi puerta y gritan desde afuera
Se resisten a aceptar
que son pasado y son ausencia
*Mención en el XIII Concurso Bonaventuriano de Cuento y Poesía