Nuestra fortuna es el tiempo que se acaba,
las ilusiones asaltadas por la realidad,
las cinco de la tarde en el reloj de un oficinista,
el matrimonio con su muerte,
enero y diciembre
El infierno no está hecho de tridentes ni fuego
El infierno es cosa simple:
Basta con tener al frente
un reloj hecho de arena infinita
*Mención en el XIII Concurso Bonaventuriano de Cuento y Poesía